Eso me dijeron en Brasil hace unos ocho años: unos tienen que trabajar para que otros estén de vacaciones. Esa frase me ha venido a la cabeza esta mañana porque resulta que tengo la enorme suerte de empezar mis vacaciones hoy mismo, en una fecha atípica para la mayoría. Y a la vez que yo celebro que hoy mando la rutina a tomar por saco, y que soy un afortunado viajero (o turista?) me despierto con la noticia de que en España rondamos los cinco millones de parados. Cuando aquellos brasileños me dijeron esa frase yo me acababa de quedar en paro pero tampoco me importaba: estaba en Brasil, con un amigo, fundiéndome la pasta que había ganado de becario, luego de temporal y que había podido ahorrar gracias a que vivía con mi padre y no me tenía que preocupar de nada. Afortunado yo, disfrutaba de la vida como un pirata. Siempre me ha parecido que esa frase reflejaba una realidad que era algo así como “mira, tu trabaja, que luego siempre tendrás buenos momentos como éste, y además ya te tocará a ti volver al trabajo y a otro disfrutar”
Sin embargo, hoy, la frase de repente ha cambiado de sentido: hoy me doy cuenta que como esta vorágine siga así, como esta batalla la gane el modelo más liberal, el del sálvese quien pueda y sobre todo que se salven mis amigos siempre y cuando me den algo a cambio, el modelo del crecimiento de las grandes corporaciones basado en la teoría del número, del crecer porque así me llevo el bonus, porque sube la acción la semana que viene y espero que aguante un año y luego ya veremos, el modelo en el que lo público parece que siempre es ineficiente y lo privado es eficiente, cuando son las personas las que hacen uno u otro mejor, como triunfe este modelo, que parece que se está posicionando como lo único posible en esta crisis del mundo occidental (algunos países llevan en crisis siempre pero tristemente, desde Europa, eso nos parece normal…), el modelo que controla el marketing de masas y que dirige Estados, financia partidos, el modelo que todo lo impregna basado en una competencia artificial, en la economía de los favores, el modelo que parece que no piensa, que directamente hace porque la teoría ya la tiene muy desarrollada, como triunfe este modelo preparémonos. Porque esa frase brasileña va a quedar para la historia tal y como yo la entendía. Hoy me he dado cuenta de que esa frase también se puede interpretar como: “aquí hay unos pocos que siempre van a estar de vacaciones, hay unos que siempre van a trabajar, y además se van a conformar con sólo trabajar porque eso de las vacaciones…encima que te doy trabajo, a ver si tienes huevos de pedirlas”.
Así es como están en muchas partes del mundo, con poco trabajo, mal pagado y sin vacaciones. Y eso es así porque nosotros, los que vivimos en el primer mundo, lo permitimos ya que nos conviene: porque queremos comprar más barato, queremos estar a la última y disfrutar de nuestras comodidades. No creo que en Europa o Estados Unidos lleguemos a la situación de Africa, o algunos países de Asia (incluida China) o Latinoamérica. Pero si que vamos a perder y mucho en calidad de vida: vamos a perder derechos laborales, y en parte por culpa de nuestra desidia (y en este país parte de culpa la van a tener los sindicatos acomodados que tenemos). En esta crisis, los que pensamos distinto no vamos a triunfar. Eso si, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y nuestros hijos o nietos tendrán la oportunidad de cambiar “el modelo” cuando una nueva crisis del primer mundo nos vuelva a sacudir dentro de unos años. Suerte chavales.
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